Atrás quedaron los días de Semana Santa, fueron 3 días intensos de planes con amigos. Nos juntamos 7 familias y fue un planazo, yo que siempre soy más de norte que de sur, este año nos decidimos por Córdoba y la verdad entre la compañía, el tiempo que nos hizo y vivir la Semana Santa de procesiones fue una maravilla. Un recuerdo inolvidable.
Es un viaje que hice de jovencita con una de mis mejores amigas del colegio, pero me encantó regresar.
Nos tomamos el viaje con calma, y de camino a Córdoba decidimos parar para ver el Castillo de Baños de la Encina uno de los más antiguos de Europa, es como un centinela en mitad de la campiña. La muralla es sinceramente impresionante, con catorce torres, más la torre cristiana del Homenaje. En la que podemos ver los vestigios de las diferentes construcciones de protección construidas por las diferentes culturas que lo habitaron con el paso de los años. Sólo pudimos verla por fuera porque hay que llamar con tiempo para coger una visita con guía.
Y de allí nos fuimos directamente a Córdoba
Durante el día lo pasábamos en pleno campo en la finca de unos amigos.
Patricia Semir Photography